sábado, 19 de enero de 2013

Why does it always rain on me????

Nunca mejor dicho que por Travis, es como si tuviera una nube particular persiguiéndome!
A veces el comienzo de un nuevo año sin mayores inconvenientes te induce a pensar que este puede ser TU año…
Qué engaño!

Porque es justo en ese instante cuando ocurre…

Ese hecho desafortunado que te recuerda y marca a fuego tu inevitable naturaleza, eso de lo que estás hecho.

El día comenzó como cualquier otro, cuerpo golpeado contra la puerta del cuarto, patinada al pisar peluche en el piso y demás…
Digamos que para las 20:30hs creí haber sobrevivido a otro día de mi patética vida y tuve la brillante, genial, pero extraordinaria idea de sacar a pasear al perro.
2ª vez en dos años, labrador negro de 45kg y pensé: Lo saco a dar una vuelta y volvemos, pan comido…
Todo comenzó bien, fuimos, volvimos y cuando estoy en el portón de casa le digo: te portaste tan bien, pobrecito, que no pasa nada por una vueltita más…

Debería haber escuchado al universo riéndose de mí en ese momento…



Al ratito empezaron a ladrar muchos perros y preocupada emprendimos la retirada, al volver, el perro del frente lo desesperó y escuchó el ladrido de mi otra perra.


No creo poder explicar lo que sucedió entonces pero va el intento: 
Mi perro se dio vuelta, la vio y comenzó a correr en esa dirección. La correa era corta, muy corta y lo único que sé es que mis talones giraron, mi cuerpo se torsionó y fue en ese momento cuando lo ví frente a mí. 

Un árbol. 

Fornido, bien plantado y pronto sabría si era macizo…

Cálculos vinieron a mi mente, E=mc2, si el ángulo de incidencia es menor al ángulo de giro entonces podría llegar a esquivar…mentira! Cerré los ojos y pensé: Relax, don´t do it…no, déjate llevar…

Y así fue, nunca solté la correa.
Nunca me había golpeado tanto.
Me di de lleno contra el árbol, quedé arrastrada contra el piso donde muchos perros se recrean y quise hundirme en esa tierra fertilizada en cuanto escuché la voz de un vecino pero reboté cual resorte y quedé de pie como si nada hubiera ocurrido.
En medio de insultos al perro, a su familia, a la mía, al vecino y al árbol pensé: No, capaz que este tampoco es mi año…

La culpable
El de 45kg